Sólo USD 270 Millones: Por la brecha cambiaria, el superávit comercial se evaporó en noviembre

Las importaciones saltaron un 20%, la mayor alza del año, mientras que las exportaciones retrocedieron un 25,6%. El campo no liquidó poroto de soja pero aprovechó las alícuotas diferenciales para vender productos elaborados.

El saldo comercial va camino a evaporarse de la mano de la brecha cambiaria. Es que en noviembre, las exportaciones se derrumbaron un 25,6% a USD4.385 millones, la mayor baja del año, mientras que por el contrario las importaciones aumentaron un 20,7% y totalizaron USD4.114 millones, y de esta manera marcaron su alza más grande en los primeros once meses de 2020. Así, el superávit comercial arrojó un saldo de apenas USD270 millones, casi 90% inferior al del mismo período del año pasado, y el más pequeño desde que la balanza pasó a terreno positivo en septiembre de 2018.

Las cifras se desprenden del informe del Indec sobre el Intercambio Comercial Argentino (ICA). Los expertos advierten que el derrumbe de las compras al exterior observado desde el inicio de la pandemia de coronavirus se fue desacelerando a partir de la disparada en las cotizaciones del dólar paralelo, un comportamiento típico cuando aparecen brechas cambiarias elevadas, que los importadores aprovechan para acelerar sus pagos y traer mercadería, y los exportadores retienen sus tenencias todo lo posible.

En ese sentido, en noviembre el sector agropecuario aprovechó las alícuotas diferenciales establecidas a partir de octubre para incrementar los envíos de productos elaborados: el aceite de soja sumó USD218 millones más que en noviembre de 2019. Por su parte, se duplicaron las exportaciones de aceite de soja en bruto hasta los USD441 millones, en tanto las de harina elaborada a partir de la oleaginosa avanzaron un 14% hasta los USD787 millones. Por esa razón, las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) fueron el único rubro que mostró una mejora frente al año pasado, en este caso del 11%.

«La baja asimétrica de retenciones podría haber impactado positivamente a las MOA en detrimento de los productos primarios», evaluó la consultora ACM, que también mencionó la incidencia de «un factor externo como la suba considerable de productos elaborados (como el Aceite de Soja que creció un 12,5% por ejemplo)». «Ambos factores podrían haber incentivado una mayor liquidación de bienes elaborados (MOA) que se encontraban acopiados», señaló.

Por su parte, las ventas al exterior de Productos Primarios (PP) se hundieron 51,5%, al compararse con el lapso del año pasado en donde los agroexportadores adelantaron Declaraciones Juradas para evitar el pago de mayores retenciones. A su vez, las exportaciones Manufacturas de Origen Industrial (MOI) retrocedieron 40,6% y las de Combustibles y Energía, un 31,2%.

Lo cierto es que el descenso en las exportaciones fue de USD1.508 millones, y «se debió a las menores ventas de porotos de soja excluidos para siembra, por USD492 millones» (se vendieron apenas USD9 millones) ; y pinturas y dibujos hechos totalmente a mano», por USD416 millones, un dato que había llamado la atención en noviembre de 2019.

«El desplome de las ventas no obedece a una mayor recesión en el resto del mundo (de hecho, se está recuperando a buen ritmo), sino a que las expectativas de un salto cambiario (elevada brecha) invitan a posponer los envíos al exterior», precisó la consultora Ecolatina.

En cuanto a las importaciones, se incrementaron con fuerza en todos los rubros menos el energético, en particular los vehículos automotores de pasajeros con un 49,1% (63% en volumen) -uno de los mecanismos para acceder al dólar oficial indirectamente- y los porotos de soja (63,6%) que se ingresan temporariamente para industrializar.

«Lamentablemente, esta evolución no se explica únicamente por una recuperación de la actividad doméstica (en forma de «V» para la producción de bienes), sino también por el temor a una devaluación, que alienta el anticipo de compras», explicó Ecolatina.